De una escultura(o lo que sea ) que he visto hoy, en la plaza del ayuntamiento de gandia

Hoy, no se reproduce en mí la catarsis acostumbrada al ver la obra que ocasionalmente, un artista de uno u otro bando, deja en (una) la plaza de mi pueblo. No hay boato ni parafernalia, más bien mojigatería. Se han soldado o atornillado unas vigas de hierro tipo leroy merlin con unas placas de cristal que parecen bases de copas del tipo zara home o grupo shidartha (que falta de ética al poner nombre a grupos empresariales) y se han añadido a fuer de inútiles unas barras de hierro que caen hacia abajo con rabia y pinchan también con rabia a cualquier estructura cerebral que se precie de serlo. Unos hilillos de acero con torniquetes se asientan a la base de la horripilante escultura(o lo que sea). Me da la impresión que la crisis ha afectado sobremanera a las neuronas de algunos artistas.

Se había dicho de los cándidos pinochos de la plaza del rey don Jaime, que eran peligrosos (que lo eran) y apenas hace unas semanas se los han quitado de en medio, pero lo de este adefesio no tiene nombre. Díganle, ustedes, honrados ciudadanos, a su ayuntamiento que regule la susodicha escultura (o lo que sea) con lo de la ley de riesgos laborales que nos imponen a cualquier empresa de chichinabo y que le pongan toda la parafernalia de espumas y acolches para que nuestros saltarines infantes no mueran en el intento, o por si a los del 15M se les ocurre subir a poner una pancarta, no vayan vendidos.

(6 de diciembre de 2011)